Tras delinear estrategia con primeros testigos

Este lunes se reanuda el juicio en contra del ex funcionario mexicano en una corte federal en Brooklyn.

La fiscalía del caso definió de alguna manera el rumbo que tomará su estrategia en las siguientes semanas. Con el testimonio de Sergio Villarreal Barragán buscó establecer de inicio, el tamaño de la presunta empresa criminal en la que estaban asociados líderes del el cártel de Sinaloa con autoridades policiacas mexicanas comandadas por el acusado.

El testigo reveló que al entrar al cártel de Sinaloa (2001), Beltrán Leyva le dijo que su relación con las autoridades se limitaba “a la AFI (Agencia Federal de Investigaciones) en todo el país” porque las policías estatales y municipales trabajaban con Osiel Cárdenas Guillén. Para ese tiempo la AFI ya era dirigida por García Luna.

Se encaminaron a que este testigo relacionara los presuntos sobornos con los beneficios para el cártel como eran “expansión, quitar de en medio a enemigos y obtener información sobre detenciones”, hasta el momento aun no hay evidencias de los pagos.

Después de El Grande fue llamado Tirso Martínez, El futbolista, quien reforzó el argumento de las rutas de trasiego de drogas, pero además concedió a la audiencia la idea de que decomisos realizados entre el 2002 y el 2003 por parte de autoridades de Nueva York y Chicago, pertenecían a líderes del cartel sinaloense que le encargaron esa ruta del norte.

El último testigo de la semana anterior fue el convicto Héctor Tolentino, dueño de un caló neoyorquino muy particular y el cual dibujó la manera en que se da la distribución de drogas en la Gran Manzana, otros de los cargos que pesan sobre García Luna, sobre todo la que presumiblemente llega enviada por el CDS.