Miles de mujeres que son víctimas de violencia machista en México.
En 2019, María Elena Ríos fue víctima de un ataque con ácido que marcó su vida por completo y la llevó al activismo y a impulsar una ley que busca tipificar la violencia ácida en todo el país.
El 9 de septiembre de 2019, un sujeto arrojó ácido en el rostro y cuerpo de María Elena en Huajuapan de León, Oaxaca.
Para ella, lo más difícil no fue sobrevivir a esta agresión, sino a toda la violencia que se desencadenó: la revictimización de las autoridades, quienes minimizaron su caso con el argumento de que había sobrevivido; la falta de empatía del personal médico que le informó, sin la menor empatía, que jamás recobraría su vida, y la doble moral de quienes dijeron apoyarla, pero se vendieron ante la defensa del agresor.
María Elena también tuvo que enfrentarse a un Oaxaca donde su agresor, identificado como Teódulo ‘N’, estaba respaldado por un pacto político y patriarcal que, hasta la fecha, le ha impedido acceder a la justicia. Además de que ha sufrido comentarios ofensivos que la culpan del ataque.
Para ella alzar la voz este 8 de marzo significa no reconocer su lucha y también usar el espacio para visibilizar a otras mujeres, para mostrar que no se trata de casos aislados, que son miles las que luchan por acceder a una vida libre de violencia en un país donde, si logras vivir a un intento de feminicidio te vuelves una sobreviviente olvidada por la justicia.