Policías aprovechan para morder
Toluca, la capital del Estado de México, no solo tiene grandes problemas de movilidad vehicular en todas sus arterias viales, también de ordenamiento de automotores, cuya herramienta importante son los parquímetros, que desde hace años quedaron inservibles y en calidad de chatarra y ahora son viles basureros que se ven en calles aledañas al corazón de esta ciudad.
Lo anterior ante el caso omiso de las autoridades locales, como es la actual que dirige Raymundo Martínez Carbajal, que si bien no es la encargada de administrar este mecanismo de orden vial, tampoco se ha hecho una acción para que una empresa opere los parquímetros y los automovilistas paguen por estacionarse en calles como Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Ignacio Allende, Juan Aldama y Nicolás Bravo, por citar algunas que circundan las avenidas, Valentín Gómez Farías, Benito Juárez García y Pino Suárez.
Y es que sobre banquetas se dejan ver lo que algún día fueron parquímetros y que al ser destruidos y muchos partidos en dos, la gente los ocupa como ceniceros o para tirar todo tipo de desperdicios que le quepan a la estructura metálica.
Contados son los que sirven, sin embargo, sus pantallas ya están rayadas y es muy difícil ver el tiempo que tienen los conductores para dejar su unidad en la calle y evitar la multa que corresponde a la empresa que pone este tipo de tecnología.
Por ello, es usual ver las calles antes citadas atiborradas de automóviles y en casos estacionados en doble fila, lo que complica el acceso al centro de la capital del Estado de México, lo que deriva además, en mayor contaminación del aire.
En este mismo tema de tránsito, quien no pierde el tiempo y la oportunidad de “morder” y ser corrupto, es un elemento de Tránsito de Toluca, que de forma cotidiana se da cita sobre la avenida Isidro Fabela, a la altura de la Glorieta a la Maquinita para aprovechar que, los conductores de tráileres que vienen de otras partes del país, no saben que los hombres de tránsito no tienen la facultad para infraccionar.
Este mal elemento, cuyo jefe directo es el presidente municipal de Toluca, Raymundo Martínez Carbajal, a bordo de su veloz motocicleta, da alcance a los choferes de unidades pesadas a plena luz de día, y tanto es el amago de su persona con uniforme, que logra que los conductores del volante a su merced levanten las manos ya sometidos.
Para poder seguir circulando, los transportistas deben de aportar su respectivo «moche» o «mordida» al oficial del ayuntamiento de Toluca.